Los espacios públicos de Maracaibo no escapan a la crisis y mucho menos a la falta de voluntad del gobierno municipal.
Un ejemplo de ello es la plaza Astolfo Romero, inaugurada en 2001 con bombos y platillos en homenaje al Parroquiano como popularmente se conoce en el ambiente gaitero a este insigne representante del folklore regional y que desde su inauguración, fue blanco de críticas en vista de su ubicación. Para muchos han debido colocarla en el sector «El Empedrao» lugar donde nació este cultor, sin embargo esto no es motivo para convertirla en guarida de delincuentes ahogada en la basura.
Si bien las autoridades regionales y municipales se esfuerzan por destacar la llamada Zulianidad, también deberían Esforzarse por mantener estos espacios dignos y acordes con el legado de estas figuras que después de su muerte enaltecen el gentilicio zuliano.
Carlha León / Periodista
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