miércoles, 20 de mayo de 2020

NOTICIAS GAITERAS - 20 AÑO SIN TI PARROQUIANO


20 AÑOS SIN TI PARROQUIANO
.-Pa que sepais.
“Bendíceme, sagrada virgen María; Chinita mía, Chiquinquirá, protégeme. Por los caminos que ando, y donde yo esté cantando, voy renovando mi fe; acompáñame que en mi corazón tu moras, tu eterna Ave Cantora humildemente seré”, esa era el estribillo que sonaba insistentemente después de las 6.00 de la tarde del 20 de mayo de 2000 en el antiguo estudio de grabación ubicado en Veritas, recordado como la Fonográfica del Zulia. Nadie estaba en la cabina. Nadie le dio play a la cinta. Pero la voz de Astolfo Romero, “El Parroquiano”, era insistente. Acababa de quedar plasmada para la posteridad en una sublime oración hecha gaita: Ave Cantora.

Ese mismo día, un fatídico infarto le arrebató a la gaita al más completo exponente de este género. Horas antes, se reunió con grupo de gaiteros para grabar la maqueta o guía de ese tema escrito especialmente para Betulio Medina. En el estudio se encontraban los solistas Javier León y Marcos Díaz “El Pibe”, el cuatrista Ramir Salazar, el tamborero Humberto Sánchez “El Ovejo”, el tecladista Germán Ávila Jr., el técnico del estudio Endrick Esis, apodado cariñosamente como “La Perra”, y el director de Zuliana 102.9 FM, Reinaldo Cubillán.

“Para la guía solo se graba el estribillo y un verso, pero ese día Astolfo quiso grabarla completa. Me dijo, así Belutio, como él le decía, puede escucharla completa por si yo no estoy”, aseguró Germán Ávila Jr., arreglista y pianista de esa gaita, quien explicó que su afinación fue perfecta, pese a ser grabada en menos de cuatro minutos.

Betulio no llegó. La larga espera dio paso a una amena tertulia que permitió que salieran a relucir refrescos y hasta una botella de ponche de crema. Astolfo se quejaba de un dolor en la espalda, el cual se hizo evidente a primeras horas de la mañana de aquel sábado, después de cambiarle un caucho a su camioneta. Entre chistes y palitos de ponche se disparaba la cinta. Quizás para contrarrestar el temor colectivo de quienes decían en broma que eran los muertos. Pero el propio Astolfo, con la jocosidad que lo caracterizaba, sentenció: “Tranquilos que esa es la Chinita que le gustó tanto la gaita que la quiere escuchar una y otra vez”.

“Tío Cubi”, en vista de que Betulio no llegó, los invitó a todos a cenar. Cerca de las 7.00 de la noche estaban en El Propio Carlos, ubicado en Cecilio Acosta, cada uno con una arepa de pernil, menos Astolfo. “Me voy a comer solo dos con queso cebú, vos sabéis que soy diabético, tengo que cuidarme y no quiero abusar”, dijo el “Parroquiano”.

Comieron y llegó el momento de la despedida, como algunos no tenían vehículo se repartieron según la zona. “A mi me iba a llevar Astolfo a la casa, pero como Ramir que vivía en San Francisco, me podía dejar en El Pinar, Astolfo me dijo mejor así, porque voy a ver a mis hijos en La Pastora”, comentó Ávila Jr. Ya eran más de las 8.00 de la noche.

Última parada

El “Espectacular de la Gaita” como también se le conoció, llegó a casa de Elisabeth, su expareja y madre de Astolfo Javier, Carolina Elisabeth y Rubén Darío. Le comentó sobre el dolor en la espalda y ésta le dijo que se acostara un rato que ella iba a atender unos clientes y ya lo acompañaba. Ella se dedicaba a la repostería y entregaría unas tortas. Astolfo se quedó viendo Sábado Sensacional. A los pocos minutos y antes de que culminará el programa de su amigo Daniel Sarcos, su exmujer, lo encontró inerte sobre la cama.

Gritos de desesperación, llanto e impotencia se apoderaron del lugar. El traslado a la clínica Sagrada Familia se hizo en el cajón de su propia camioneta. Lo ingresaron, pero no había nada que hacer. Aquella musa dicharachera, jocosa, anecdótica y brillante se había apagado para siempre.

La noticia corrió como pólvora. Las emisoras se hicieron eco de la lamentable pérdida. Germán Ávila Jr. llegó al apartamento de sus papás, quienes lo recibieron con lágrimas en los ojos y le dieron la noticia. Él, incrédulo, les dijo que era imposible porque acababan de cenar juntos. Minutos después lo confirmó. Lamentablemente sus padres no estaban equivocados. El parroquiano había cambiado de paisaje, pero su legado permanecería intacto. El trinar de su Ave Cantora seguiría sonando una y otra vez, dejándose escuchar insistentemente.

Su legado

Astolfo Romero es recordado por su paso por diferentes agrupaciones gaiteras, e incluso la fundación de varias de ellas, como lo son La Universidad de la Gaita, Santanita, Cardenales del Éxito, Gaiteros de Pillopo, Maragaita, Estrellas del 2000 y Los Chiquinquireños, entre otras. Algunos de sus éxitos fueron El barbero, El mercado de los buchones, La taguara de Bartolo, El marciano, La tienda de Tobías, La otra tamborilera, Entre palos y alegrías, La cardenalera, Cosa tan buena y Ave cantora. Maritza, su primera esposa, asegura que fue un excelente padre: "Nunca dejó de atender a mis tres hijos que eran lo mayores Astolfo David, Mónica Virgina y Keny Alejandro; pero también vio de los de Elisabeth que eran Astolfo Javier, Carolina Elisabeth y Rubén Darío. También del de Yadira, su última esposa, y el más pequeño Astolfo Daniel".

"El mejor regalo"

Para Betulio Medina, solista gaitero y fundador de Maracaibo 15, no hay mejor regalo que el haber sido la inspiración del tema Ave Cantora. "Estábamos en la Basílica y yo me quedé inmóvil un rato frente a la imagen de la Chinita. Al rato, Astolfo se me acercó y me dijo: 'Belutio, vos sois un chiquinquireño y te voy a componer un gaita'", precisó Medina, quien comentó que a las pocas semanas, el "Parroquiano" lo llamó para que se viniera a Maracaibo a grabar el tema, pero lamentablemente aquel 20 de mayo ya se había comprometido para estar en el bautizo de una de sus sobrinas y no pudo acercarse al estudio de grabación. "Fue una experiencia fuerte, porque al día siguiente tuve que grabarla con un nudo en la garganta y con lágrimas en mis ojos".

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